Viaje a Cuatrocienegas parte I

Viaje al fin del mundo, bueno si no lo es, se le parece mucho
Primer día

Hace tres años, para especificar un poco el día miércoles 23 de diciembre del 2004 de nuestra era, estaba en mi casa haciendo nada fuera de lo común (rascarme el ombligo y jugar x-box), cuando a las tres de la tarde hablo un amigo muy chido, el Paclán, aunque le decimos Paclas.
Paclas: Vlad, que haciendo
Vlad: Nada chiquita, esperando al Israel que va a traerme unas cosas (una muñeca inflable y unos consoladores ¿Creó?)
Paclas: Hey vamonos algún lugar chido que conozcas......pero cerca, no traigo mucha plata y no quiero pasar el 24 en la casa, no quiero lo mismo de siempre.
Vlad: Mira cabrón, hace dos o tres años fui con unos amigos a cuatrocienegas, casi me ahogo, esta chido, que dices...esta como a dos o tres horas de aquí (bueno contigo esta a media hora)
Paclas: Sobres
Vlad: No más que traite guantes y chamarras, porque dicen que va a ser un chingo de frió
Paclas: No mames
Vlad: Bueno, no más no quiero que me digas que te de besitos dizque pa darte calor
Al cabo de un buen rato llego Israel, estuvimos platicando y le comente del viaje, el guey no quería ir porque ya había quedado de ir con su novia y que pues lo disculpará.
Dieron las cuatro de la tarde cuando llego Paclas con su automóvil, la bala de plata (un chevy plateado)
Paclas: Que pex, vamonos o que
Yo todavía le insistía al Israel, le comente: "Mira guey, le dices a tu novia que vamos y venimos mañana y mañana le hablas diciendo que el carro se descompuso, que no es tu culpa".
Me dijo: "Pinche diablo, ya no se si el diablo se llama vlad o vlad tu eres el diablo" le conteste: "No guey yo te doy alternativas, tu eres quien decide".
Bueno nos fuimos los tres cabrones rumbo a cuatrocienegas, le pusimos 300 pesos de gasolina en al carro, en la gasolinera donde estaba el caballo antes, por Escobedo rumbo a la ciudad de Monclova.
Eran como las 5 de la tarde cuando comenzamos a poner canciones de todo menos de trova, porque el Paclan dice que le dan sueño y como él es el que maneja, aparte de que esta loco y borracho (bueno crudencio) no le quise mover.
Pasamos el poblado de "La aurora" que es el primer poblado de nuestro vecino estado de Coahuila, ya era tarde, bueno no tan tarde lo que pasa es que estaba nublado y hacia mucho frío todavía en Nuevo León el Chevy de Paclas marcaba 5º, en la gasolinera que mencioné.
Antes de llegar a Monclova, en el poblado San Isidro nos paramos a tirar el agua de riñón, también nos toco ver el tren de carga.
El Paclas como loco siempre dijo: "apúrenle que el motorista me reto".y en chinga ahí vamos como 140Km. después de cinco minutos ya íbamos a 160km. ganándole al pinche tren. Lo bueno que esa parte de la carretera es una recta, lo malo es que ya estaba oscureciendo.
Observamos un letrero que decía "Bienvenidos a Castaños", Paclas le bajo a la velocidad y todo bien.
Paramos no más para preguntar la ruta, nos mandaron por una desviación para no cruzar toda la ciudad de Monclova, nos dijeron que llegando a la cruz roja, ahí en la estación de bomberos diéramos vuelta, bueno para acortar este pedo, cruzamos Monclova dos veces y nunca vimos la pinche cruz roja.
Salimos como a las ocho de la noche de Monclova, no vimos viejas buenas y no íbamos tomando cheve, o sea aburridos, sería el frío que casi ni gente había en la calle. El Paclas siguió manejando rumbo hacia "San Bueanavestura" eso decía el letrero, así que si pensaste que decía "San Buenaventura" te chingastes...ja ja ja. No es mi pedo reclama al Estado de Coahuila, por jugar con tu mente.
Por fin llegamos a Cuatrocienegas ubicado en Poniente 26º58´0´4.22´ Norte 102º02´52.60´ con una elevación de 2434 pies de altura sobre el nivel del mar, no es que yo sea un genio, lo que pasa es que eso dice el Google Earth, si ese pinche programa con el que te dicen los gringos: "Te estamos observando".
En la entrada a cuatrocienegas es muy hermosa, la carretera va entre las montañas, un paisaje al estilo de un oasis en el desierto ya que para ese rumbo es desértico. Más que mucho árboles parecía más bien sabana, pero muy verde con mucha vida.
La noche se había despejado, aunque el carro nos decía que afuera estaba a -5º, bueno pensamos nosotros "un poco de frío no pasa nada con un buen mezcal o unas tecates." Por la radio en una estación de Monclova escuchamos que se aproximaba el frió más crudo en los últimos 20 años, que llegaba hoy por la noche o mañana por la mañana. Eso nos dejo tranquilos, pensamos que el frío ya había llegado, que era algo pasajero y que mañana que salga el sol iba a estar agradable. Inclusive dijimos "Puto el que no se meta mañana a la poza de la becerra"
Llegamos al pueblo, preguntando donde podíamos cenar algo, ya que nos mencionaron a donde ir, el Paclas decidió estacionar el carro en la plaza, para estirar las piernas. Nos pusimos las chamarras, le presté unos guantes a Israel, salimos del carro y ¡Puta!, esto si es frío mencionó el Israel, el Paclán le dijo con voz tierna: "yo te doy calor al rato, papi" y le mando un beso.

La verdad hacia un frío cabrón, seco además. Empezamos a sentir piquetes en los labios y nos dolía la espalda, mientras caminábamos rumbo a la fonda, por una calle de casas antiguas y olvidadas. Algunas de estas casas eran de madera y muchas otras de adobe. Llegamos a la fonda. Una casa de madera, pintada de color blanco, unas mesas de Coca- Cola y unas sillas de metal de esas que ponen en cualquier pachanga. El lugar estaba limpio y sobre todo calientito. Y como no iba a estarlo si tenían en la cocina un horno hecho de adobe, donde cocinan el pan.

Pedimos de cenar el Israel y yo, un menudo y unas tecates. El Paclas como es muy conocedor y de mucho mundo pidió una hamburguesa y una soda. Mientras esperábamos la cena observe algunas cosas que estaban en las paredes como adornos, planchas de acero, carabinas 30-30, algunas fotos, herraduras y cascabeles, adornos pintorescos para un lugar donde va a comer la gente.

Entraron dos chavos a cenar también, parecían pasaportados (así le dicen a las personas que viajan a los EUA a trabajar y regresan a su pueblo en vacaciones), empezaron a platicar sobre el frío y que serían buenas unas cheves. Entonces les pregunte: "¿Disculpa dónde podemos pasar la noche tomando cheve, o sea un lugar que cierren ya tarde?

Chavo: allá pal zumbido

Vlad: y dónde es eso, lo que pasa es que no somos de por aquí.

Chavo: mira te vas por esta calle de aquí afuera, no por esta no porque es encontra, no mira te vas por la otra, que va para la salida rumbo a la carretera, cuentas 4 o 5 cuadras y ahí das vuelta rumbo pa la escuela de Juárez, después cuentas 1 o 2 cuadras y das vuelta rumbo a la plaza, después son como tres cuadras y das vuelta en esa cuadra que es la última, le das pa los pinabetes todo derecho por esa brecha y luego das vuelta en la barda y ahí se ven las luces.

"En la madre", pensé, medio un chingo de risa, pero la disimulé tapándome con una servilleta y me salí de la fonda, cuando se me pasó, entre de nuevo.

Vlad: disculpa, es que me dio tos, ¿Donde dijiste que era?
Chavo: si mira...

Y que me vuelve a decir los mismo, "este vato, esta cabrón de guía de turismo, no más le falto decirme que ahí donde esta la piedrota ahí es" pensé le di las gracias. Y comenzamos a cenar. El Israel no se aguantaba la risa y el Paclas se fue al baño a reírse. Cenamos, salio caro puesto que fueron cerca de 200 pesos entre los tres, bueno ni modo.

Por la calle mientras caminábamos rápido para llegar al carro, las calles desoladas, de vez en cuando un fuerte viento con su clásico silbido de terror, sonidos de árboles retorciéndose y laminas de los techos de las casas. Llegamos al carro

Vlad: entonces que pex, nos vamos pa la cantina el zumbido.
Paclas: Si como sea
Israel: mientras halla cheve, vamos a ponernos hasta atrás, que al cabo es mejor ahí que estar en el carro.

Nos comenzamos a dirigir hacia ese lugar, anduvimos dando vueltas y vueltas, nos encontramos unos niños y les preguntamos para donde estaba el zumbido, nos dijeron hacia donde más o menos, después encontramos a unas señoras y les volvimos a preguntar, cada vez sentíamos que el lugar estaba cerca, observamos que en una casa estaban sentados dos viejitos en las mecedoras, tomando no se si café o chocolate, les preguntamos y el viejito se nos quedó viendo medio raro y la viejita ya nos dijo hacia donde. Siguió conduciendo el Paclas y de repente saco un gorro con dos orejotas de color rosa y sus lentes y dijo: "Voy a causar sensación" siguió manejando por la terrecería y observamos que los pinabetes eran una clase de pinos y que estaban sembrados por un lado del camino, cerca de 500 o 700 metros. de pronto llegamos al tope y volteamos a la derecha hacia las luces. Los pinos sembrados no dejaban ver las luces desde el pueblo, tal vez por eso estaban sembrados.