jueves, agosto 10, 2006

Viaje a Cuatrocienegas parte II

Segundo Día
(Jueves 24 de diciembre)

Llegamos al lugar, eran como la media noche ya, estaban como 8 o 10 lugares que aparentaban ser cantinas, pero solamente 4 estaban abiertos, los establecimientos estaban todos pegados en la misma acera y había un pedazo grande de estacionamiento, como si fuera una plaza comercial pero de cantinas, estábamos buscando la cantina llamada el zumbido, no vimos ninguna, Paclas estacionó el carro en ese lugar amplísimo, solo había 4 o 5 camionetas.

Escogimos empezar por el último bar del lugar, mientras caminábamos observé que había varios lugares en ruinas donde se podían distinguir que había muchos cuartos pequeños, donde solo podrían caber una cama y algo más.
Vlad: hey pinche Irra ven
Israel: que pedo
Vlad: Mira
Israel: Que se me hace que la palabra "zumbido" no es una cantina, así le dicen ellos a este lugar que es la zona de tolerancia.
Paclas: Viejas que chido...y cheve que es lo mejor
Vlad: Pues sí, no creo que hayan sido caballerizas. “Empecé a recordar que pinche metida de pata y yo preguntando por este lugar a los niños, señoras y viejitos, han de haber pensado: pinches calenturientos”.

Llegamos a la última cantina de ese lugar, entramos y nos sentamos en unos muebles mas viejos que el mismo lugar, el lugar estaba oscuro, solo un foco rojo estaba aluzando el espacio donde estábamos, la cantina o el congal daba lastima, había arreglos de año nuevo como de hace 20 o 30 años, globos decolorados, paredes de adobe, techo de laminas y madera, vidrios quebrados y piso de tierra. Estaba el barman o cantinero jugando cubilete en la barra, bueno se puede decir barra a una tabla sostenida por bloques, mientras en el centro del bar estaban como 10 o 12 chavos con cuatro mujeres, estaban tomando ellos cerveza carta blanca de cuartito. Ellos estaban en alrededor de una fogata improvisada, solo había brazas de leños dentro de una tina grande.

Pedimos tres tecates y antes de que las trajeran les dije a Paclas y a Irra que iba al baño, pregunte a unas de las muchachas que andaban por ahí y me dijeron "halla, atrás de esa pared", me fui para allá, al dar la vuelta a la pared había alguien parado que estaba haciendo pipi, espere el turno y cuando terminó se volteo y era una mujer, pensé "no mierda, que pedo, no no no es cierto vi mal, era un travestí, si si eso era", el miadero era la pared, solo que abajo como un metro de abajo hacia arriba no había, era un hueco en la pared que daba pal monte y la taza pa cagar era una silla agujerada y abajo de ella una tina de plástico de 20 litros.

Regrese con estos gueyes y estaban muy serios, el Israel me dijo: "el paclan ya ligó" - me señalo- con los ojos y eran una mesera "Wow" - exprese- le dije esta noche duermes calientito, nos respondió jugando: "no les digo chingen a su madre, porque ambos no tienen" empezamos a reír los tres, la mesera era una chava gordita arriba de los 80 o 90 kilitos, chaparrita como de 1.55 m morenita, facciones tosquitas, traía puesto un pantalón de mezclilla apretado y un top ajustado.

Todavía estábamos riendo, cuando les comenté a estos dos: "Esa de ahí es chava o maricón" ambos respondieron es "vieja" y les dije: "yo también creo lo mismo, pero ahorita que fui a miar, ella estaba miando de pie.

Paclan: "no mames y no vistes si traía pito o era vieja"
Vlad: no mames estaba de espalda, no le iba a decir a ver, a ver que traes ahí.
Israel: si quieren le preguntó...comenzó a reírse
De pronto escuchamos una voz suave, como fingiendo ser sexy, era la novia de Paclas, perdón digo la chava que no dejaba de ver al Paclas, nos dijo: "Hey galanes, no me invitan una tecate porque la carta blanca no me gusta y con esas rojas me pongo borracha luego, luego.

Nos quedamos viendo uno a otro los tres, yo tuve un sentimiento muy raro quería reír, llorar y sentí hasta miedo, pero todo eso era por los nervios. Ya que el lugar, tenía ese raro olor a muerte, sexo, cigarros, cerveza y miados. Y luego la novia de Chucky pidiéndonos que le invitáramos una cerveza.

Israel: No preciosa, no traemos mucho dinero, de hecho mañana nos vamos, solo venimos a tomarnos estas.

La chava se fue, nos quedamos callados, nos tomamos las cervezas muy serios para ya no llamar la atención. Fui con el cantinero las pagué y nos fuimos.

Cuando salimos comenzamos a reírnos de eso, caminamos al siguiente lugar y me asomé, solo había como 5 vatos y el barman. Seguimos caminando y el otro local que estaba abierto ya había cerrado, solo faltaba uno, al que fuimos.

Entramos a la cantina y la única diferencia entre este que entramos y el otro era que aquí había dos focos de luz normal y dos focos de luz roja. Todo igual de deprimente ha bueno se me olvida había una televisión de 15 pulgadas en una esquina y un guey borrachísimo viendo los programas de ventas.
Vlad: Nos da tres tecates
Mesera: se nos acabaron puras cartas y soles
Paclas: carta
Vlad: sol
Israel: sol
Paclas: Miren ese pinche guey viendo la tele –en voz baja y medio riéndose-
Vlad: No mames Paclas, a lo mejor no tiene tele en su casa
Israel: O lo corrió su vieja
Paclas: Ya se fijaron que hay cuatro puertas.
Vlad: si, que raro, no dudo que adentro este un pinche chino con una ametralladora y salga ahorita pa darnos en la madre.
Israel: neta que cualquier lugar por mas feo y pinche de monterrey, en comparación de esto es un bar de lujo.

La mesera que era menos gordita y un poco más simpática que la novia del Paclan nos trajo más cerveza, teníamos unos 10 o 15 minutos de estar allí cuando se comenzaron a escuchar unos pujidos y rechinidos de catre dentro de una de las puertas. Vi que la mesera agarro algo del cajón como unos sobrecitos negros y pa pronto que se mete a la puerta donde se escuchaban los ruidos. Se escuchaban voces pero no pude distinguir ninguna palabra. Salio y se dejo de escuchar esos ruidos.

Nos ofreció más cheve y seguimos tomando empezó a llegar raza como unos 6 o 8 chavos, y de pronto entraron unas chavas, me imagino que también eran meseras. Después de 5 minutos se volvió a escuchar los mismos sonidos de rechinido de catre y pujidos del mismo cuarto. Todos se rieron y la mesera también, les llevo cerveza y se puso a platicar con ellos.

Se juntaron alrededor de una cocina vieja de leña que usaban como calentador de este frío. Estábamos sorprendidos de este lugar que el frió ni lo sentíamos.

Paclan viboreó el lugar y nos dijo en voz baja: “Si yo viviera en este pueblo, te juró que me hacia deportista toda la vida y no tomará” –lo dijo por lo deprimente del lugar- tomo un trago, volteo y vio a las mujeres y volvió a decir: “y se me hace que me hacia joto” – porque las chavas estaban, no puedo decir que feas, pero no sé, imagínate alguien feita, gordita de 80 kilos pa arriba, aparte desarreglada y de feos modales.

De rato salieron del cuarto donde se escuchaban los ruidos de amor, lo normal un chavo y otra gordita.

La chava que estaba en el cuarto se acerco con la mesera en la barra, por un lado de nosotros. Y pidió una cerveza. La mesera le dijo: “Mamá se va enojar si vuelves a salir panzona, ya te dijo que te cuidaras”, y la chava le respondió: “ha, ya sabes como es Juan bien calenturiento”, por lo que observe como que eran hermanas y la mesera le dijo: “pues sí pero ya sabes que aquí están los condones” –señalando la caja de madera- “además ya te pago”, y ella se quiso sordear o hacerse la sorda, y le repitió la pregunta, por lo que ella le contestó: “ Me dijo que mañana me paga” –y se fue junto con los demás alrededor de la estufa de acero.

Paclan: Hey mejor vamonos
Vlad: A donde guey, no hay hoteles
Israel: Nos dormimos en el carro, estando aquí se me hace que va a terminar mal este pedo.
Vlad: como quieran, son dos contra uno, yo no más les digo que afuera hace un putazo de frió.

Nos estábamos tomando las últimas cheves, cuando entro un vato vaqueron, con sobrero y se metió a un cuarto sin hablar, llevaba una mochila de viaje, de esas que traen los albañiles (sin menospreciarlos) pero mediana. Así como entró salio y le dijo a la mesera “te dejo el encargo de aquel, mañana viene”.

Vlad: como que si mejor vamonos, esto ya anda muy mal.

No nos acabamos la cerveza, pagamos y nos fuimos de retache. Llegamos a la plaza, nos estacionamos y puso el Paclas la calefacción, observamos que la temperatura que marcaba el chevy era de -8º.

Paclan: si dejo la calefacción, nos podemos ahogar y morir.
Vlad: y si la apagas nos congelamos y nos lleva la chingada.
Israel: mejor el último que se duerma que la apague.
Paclan: hecho, yo sabía que eras un amigo bien chingón, tu te duermes al último y la apagas.
Israel: ya ni friegan, aparte de que estoy hecho garras acá atrás, porque no puedo estirarme y ustedes sí reclinaron el asiento, que vergas.
Vlad: si, siempre somos nosotros bien vergas

Nos quedamos bien dormidos, me desperté en la mañana porque el Israel empezó a chingar con una ramita en la oreja. Despertamos al Paclas, ya era tarde, como las 11:00 de la mañana, vamos a estirarnos o que –les comenté-.

Salimos del carro a dar la vuelta, fuimos a ver el museo de Don Venustiano Carranza, dentro solo había pertenencias de él, me llamó mucho la cocina, por la forma en que estaba hecha, ya que era de adobe del tamaño de ladrillos, como si fuera un asador, pero en vez de parrilla había una placa de acero como de ½ metro por 3 metros y aparte tenían planchas pequeñas, por los lados, con su compartimiento individual para meter la leña.

Salimos directo de ahí rumbo a las pozas de agua, la primera que llegamos fue a la poza azul, igual que la última vez que fui nos tuvimos que brincar, porque estaba cerrado. La poza azul, como lo dice su nombre es una poza que contiene agua de color azul turquesa y en el fondo de ella existe una caverna, ahí cambia de color el agua a un tono azul rey. Tocamos el agua estaba tibia, de lo que leímos, en el letrero nos decía que esa agua contenía un tipo de pez que se cree que fueron de los primeros que hubo en la tierra al igual que contenía los microorganismos verdiazules, que fueron los que originaron el oxigeno para que hubiera vida en nuestro planeta. Vimos que algunos peces tenían etiquetas porque los estaban estudiando la Universidad de Texas y la NASA.

Salimos de ahí rumbo hacia la poza de la becerra, en el camino saco el Paclas su música villera de Damas gratis y nos dijo: “esa música va a pegar van a ver” la escuchamos, estaba pegajosa.

Durante el recorrido observamos una caverna dentro de una de las montañas.

Llegamos a la poza de la becerra, que esta arreglada para ser un balneario, hacia bastante frió el Paclan se quería meter al agua, andaba terco, pero estábamos a -10º le dije: “si trajéramos ropa pa secarnos guey de perdido, o al menos un lugar para cambiarnos, me metía, pero así no friegues, mira el agua que esta fuera de la poza, esta cristalizada, ya ni congelada, mira”

Decidimos ir a buscar las dunas, es decir meternos más hacia el desierto, cuando llegamos el carro de Paclas marca entre -14º y -15º, salimos del carro para ver ese espectáculo tan padre, de arena blanca y las polvaredas con esas ráfagas de viento helado. Le preste los guantes a Israel, porque su chamarra no traía forro en las bolsas, de rato que yo sacaba las manos para tomar las fotos, me estaba arrepintiendo ya que las manos se me empezaron a congelar

Paclas: “El frió es mental, miren me voy a quitar la chamarra y la camisa, para que vean”
Vlad: No Paclas, si te digo que hace frió, es que hace frió.
Paclas: Voy andar así hasta que nos vayamos.

Seguimos caminado y no pasaron tres minutos, cuando Paclan exclamo con dolor: “denme mis cosas, me pica y me duele la espalda y los brazos, miren se me esta poniendo rojo.”

Israel: te dijimos, pendejo, se te esta coagulando la sangre.

Después de estar un buen rato llegamos al carro, yo no pude abrir la puerta, puesto que los dedos de la mano nos lo podía mover, los tenía congelados.

Dentro del carro, observamos que la temperatura -15º, o sea que pedo, decidimos ir a la playitas, manejó el paclan, pero no dimos con ellas. Nos regresamos ya que eran las cuatro de la tarde, íbamos de regreso hacia cuatrocienegas nos paramos cerca de la caverna, subimos como 200 metros no muy empinado, dijimos “es aquí donde pasamos el 24 de diciembre o es en el zumbido”, escogimos la caverna.

Nos dirigimos para cuatrocienegas para comprar la siguiente lista:

4 six de tecate para cada uno total: 600 pesos
1 six de tecate para la cruda de mañana total: 50 pesos
2 cajetillas de cigarros total: 30 pesos
Cerillos total: 3 pesos
Papitas, cacahuates, limones y sal total: 150 pesos
Rollo pa limpiarnos la cola después de cagar total: 7 pesos
Dos garrafas de agua de 10 litros total: 40 pesos
Pasártela dentro de una caverna el 24 de diciembre con tres amigos bien borrachos, en medio del desierto, no tiene precio.

Salimos y enfrente de la tienda vendían pollo asado, fuimos a comer porque ya traíamos mucha hambre, mientras el Israel fue a llamar a su novia. Después de que comimos, salimos a dar la vuelta a la plaza, no más pa bajar la comida, escuchamos que decía la gente que ahora iba a ser mucho frió mas que ayer.
Por lo que nos fuimos de volada para la caverna, no fuera que alguien nos la ganará, pensamos nosotros. (Como si hubiera muchos idiotas dispuestos a quedarse el 24 de diciembre en una caverna en medio del desierto donde iba a bajar la temperatura a menos de 10 grados)

Llegamos y limpiamos, el paclas y yo, mientras el Israel fue a buscar ramas para quemar durante la noche, porque leña ni de risa.

Bajamos unos tapetes del carro y la tienda de campaña, para ponerla dentro de la caverna como piso y los cobertores para taparnos, las mochilas como almohadas. Y los tenis del paclas como insecticida (olían regacho)

Revisamos que no hubiera alguna víbora invernando, la caverna era pequeña de 1.90 mts de altura por 6 metros de profundidad y unos 2 o 3 metros de ancho.

Empezó a nublarse temprano este día y esperábamos que no lloviera para que no brotara agua en la caverna, porque sino que chinga otra vez al carro.

Ya como a las once se despejo, la vista fue preciosa, las estrellas iluminaban el desierto, hacia las dunas, parecía de día pues su arena blanca resplandecía en la noche con la luz de luna, era especial esa vista. Unos de los mejores paisajes que yo halla visto en mi vida, todo esto lo envolvía el silencio, un silencio total, no hacia aire, pero si un frió de la chingada, entonces no había animalitos haciendo ruidos, ni sonidos de las plantas movidas por el viento, que espectáculo difícil de igualar. Miramos el cielo, tenía un tono color morado, más que azul oscuro. No pasaban más de 5 minutos que no viéramos pasar estrellas fugaces no eran lluvia de estrellas, pero no la necesitamos, con lo que vimos esa noche quedamos impactados. Casi no platicamos al principio, todo era un relax, el único sonido era el de las tecates abriéndose.